Un programa oficial intenta ayudar a quienes cumplen una condena y quedan en libertad, a tener una salida laboral como forma de reinserción en la sociedad. El caso de Gustavo.
Gustavo tiene 19 años y salió de "ahí adentro" hace muy poquito. 
Estuvo detenido por robo durante 13 meses, primero en el Centro de 
Régimen Cerrado Manuel Rocca, y después de los 18, en el Manuel 
Belgrano, que acoge a chicos con causas de menores que cumplen la 
mayoría de edad. Habla de reconstruir porque siente que algo en su vida 
se rompió. "Es que estaba mal encaminado, haciendo mal las cosas. Dejé 
el colegio, dejé de trabajar y empecé a hacer cosas que no tenía que 
hacer", confiesa, y baja la voz: "Robar".
Los talleres POI (Programa de Inducción al Mundo del Trabajo) 
forman parte de las actividades de la Secretaría de Empleo de la Nación,
 que coordina Matías Barroetaveña, a instancias del Ministerio de 
Desarrollo Social. "Lo primero que hicimos en el taller fue aprender a 
hacer el currículum vitae. Yo no lo sabía hacer y ahí aprendí", recuerda
 Gustavo, que de adolescente había trabajado en una fábrica metalúrgica y
 en un local como técnico en computación. Tenía qué poner en ese primer 
CV.
El taller trabaja con los chicos dentro del centro de detención y 
continúa con el proceso luego de que recuperan la libertad. Todo lo 
visto en el taller es llevado a la práctica para, por ejemplo, conseguir
 un trabajo, aprender cómo afrontar una entrevista laboral o anotarse en
 la escuela para terminar los estudios. "La idea del programa es darles 
la herramienta cuando están adentro y a medida que van saliendo, 
aplicarla", explica Patricio Orfus, de la Secretaría de Empleo, sentado 
al lado de Gustavo, que sonríe: "Acá estamos, tratando de conseguir un 
trabajo."
El Taller POI se da en el marco del Programa Jóvenes con Más y 
Mejor Trabajo, cuyo principal objetivo es generar oportunidades de 
inclusión social y laboral para los jóvenes de entre 18 y 24 años que no
 estudian ni trabajan, a través de acciones que de manera integrada 
constituyan una trayectoria de inserción en el mercado de trabajo, entre
 estas: recuperar la idea de un proyecto de vida basado en la formación y
 el trabajo; finalizar sus estudios obligatorios; formarse en un oficio;
 realizar prácticas calificantes en ambientes reales de trabajo; iniciar
 un emprendimiento productivo de manera independiente o asociativa; o 
insertarse en un empleo, brindando beneficios económicos a las pequeñas y
 medianas empresas que contraten jóvenes. 
"Se sigue una línea de inserción laboral que se llama 
Entrenamientos para el Trabajo, que son empleos de corta duración, de 
entre tres y seis meses, de cuatro horas por día, en los que los jóvenes
 adquieran experiencia laboral, aprendan algo y puedan agregarlo al 
currículum para conseguir un trabajo definitivo", explica Orfus.
Gustavo es uno de los chicos que ya recibió de manos del ministro 
de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada, un certificado en el que consta 
que finalizó los talleres POI. Ahora, tiene que retomar la escuela en 
segundo año del secundario y le gustaría ser técnico en computación, 
"porque sé mucho y me gusta todo lo relacionado con eso", asegura. Y si 
bien la vida le dio una nueva oportunidad, porque él así lo quiso y 
porque el Estado dijo presente, sabe que tendrá que luchar mucho: "Sé 
que me voy a tener que esforzar más que las personas que no estuvieron 
detenidas para conseguir un trabajo. Eso a veces me tira un poco para 
abajo, pero sé que tengo que ser fuerte y seguir para adelante, porque 
si no voy a caer en un pozo. Y la idea es salir, no hundirse más." 
Gustavo, actualmente, vive con su mamá y, en la misma casa, con sus
 seis hermanos menores. Se muestra confiado y ansioso. Luego de admitir 
que está armando el currículum, no duda en asegurar con gran esperanza: 
“Cuando pueda empezar a trabajar, lo primero que voy a hacer es darle 
una mano a mi vieja”. «
El Manuel Belgrano
El Centro de Régimen Cerrado Manuel Belgrano es un instituto que 
aloja jóvenes varones de entre 18 y 21 años con causas penales, y forma 
parte de la Dirección Nacional de Jóvenes Infractores a la Ley Penal 
(DINAI) perteneciente a la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y 
Familia, del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Es uno de los
 cuatro centros de régimen cerrado, junto al San Martín, el Rocca y el 
Agote.
Fuente: Tiempo Argentino
Fuente: Tiempo Argentino
Comentarios
Publicar un comentario