Entrevista a Hugo Yasky, dirigente gremial argentino: “Es necesaria una nueva central que unifique al movimiento sindical y social”
Por Cecilia Escudero, de la redacción de NODAL
Hugo Yasky es uno de los líderes sindicales más importantes y de
más amplia trayectoria de la Argentina. Secretario general de la Central
de Trabajadores de la Argentina (CTA), fue uno de los cinco oradores en
la masiva movilización de este miércoles contra el ajuste y los
despidos del actual gobierno. “Hoy va a pasar a la historia como el día
de la unidad de los trabajadores”, arengó ante la multitud. Momentos
después de la marcha, que congregó cerca de 400 mil personas, Yasky
dialogó con NODAL sobre sus impresiones acerca de una de las
demostraciones de fuerza más contundentes de los gremios y de las
organizaciones sociales contra Mauricio Macri.
-¿Cómo evalúa la movilización de hoy? ¿Cómo sintetiza los reclamos?
Fue un acto multitudinario, asistieron unas 400 mil personas, fueron
parte representantes de movimientos sindicales y sociales. Todos los
discursos de los cinco oradores tuvieron en común reafirmar la voluntad
de luchar contra la política de la derecha económica que, en nombre de
los empresarios que gobiernan en la Casa Rosada junto a Mauricio Macri,
está llevando adelante el recetario de ajuste. El mismo que se aplica en
casi todos los países de América Latina. Esto incluye despidos de
personal del sector público, flexibilización y despidos en el sector
privado, aplicación de medidas violatorias de los DDHH, persecución,
encarcelamiento de dirigentes sindicales y sociales, pretensión de
aplicar un ajuste que en la práctica elimina el derecho a la discusión
salarial libre. Una política económica que también implica la
eliminación de la paritaria para el sector docente y políticas muy
agresivas hacia el sector pasivo, hacia los jubilados, que fueron
despojados de un derecho adquirido, que era una movilidad jubilatoria
que se garantizaba por ley.
-¿Cuál es el efecto de la marcha en términos de unidad sindical? ¿qué sigue?
La consigna que coreaba la multitud en el acto era la “unidad de los
trabajadores”. Y eso quedó casi como un mandato. Quienes convocamos
somos vertientes de la CGT, el caso del gremio de Camioneros, la
corriente sindical federal que agrupa a los bancarios, a los gráficos, y
a otros sindicatos de servicios, dos centrales más chicas o la Central
de Trabajadores de la Argentina, que también fuimos parte de la
convocatoria junto a un amplio espectro de movimientos sociales que
representan a las organizaciones barriales de desocupados, de
cuentapropistas. Y a partir de esta marcha hoy existe la posibilidad de
que esto que fue una unidad en acción, una convocatoria circunstancial
para empujar juntos este acto, empiece a cristalizarse como parte de una
nueva construcción de un colectivo social en la Argentina, que tome en
sus manos la bandera en contra del ajuste y en contra de las políticas
de la derecha económica. Esto plantea un enorme desafío porque la
expectativa, lo que quedó flotando en el aire, es que en lo inmediato es
necesario constituir una nueva central que unifique a movimientos
sociales y al movimiento sindical.
Argentina más que cualquier otro país de la región define
su política en las calles, en movilizaciones populares ¿coincide? ¿qué
articulación existe entre los movimientos gremiales de la región?
En la Argentina, las luchas sociales, ya sea del movimiento sindical
-que es fuerte porque tiene una tasa de sindicalización de prácticamente
el 40 por ciento del total de los trabajadores- o la existencia de
movimientos sociales muy poderosos con un gran poder de movilización, le
da a la dinámica social y política de este país una característica muy
particular signada por las luchas, por las movilizaciones, por las
huelgas. Tanto es así, que la clase dominante argentina tiene como una
especie de mandato inclumpido que es tratar de debilitar o de fragmentar
el movimiento sindical. Para eso, quieren la reforma laboral. Quieren
evitar y dividir a los movimientos sociales y para eso tienen una
política de palo y zanahoria. Para los rebeldes palo y para los otros
algún tipo de premiación, a veces a los dirigentes, a veces alguna
prebenda. Pero el movimiento social crece en magnitud y crece en fuerza.
Y empieza a tender vinculaciones con los otros movimientos y otras
luchas de América Latina. Gran parte de los que estamos ahí pertenecemos
a la Confederación Sindical de las Américas y también estamos ligados a
movimientos sociales y territoriales. No es una casualidad que en el
acto, en el momento que a mí me tocó hablar, reconocí e hice un homenaje
a la lucha de los trabajadores de Brasil, que en el día de ayer
lograron que fuera retirada la reforma previsional que pretendía imponer
en el Parlamento el desprestigiado presidente Michel Temer. Un
verdadero golpista. Ni es casual que hayamos rendido homenaje a Lula,
ese líder obrero que fue presidente de Brasil y que hoy la derecha de
ese país, utilizando a la Justicia como una herramienta de choque, trata
de enjuiciar y encarcelar para proscribirlo electoralmente.
"Este día va a quedar en la historia como el día de la unidad de los trabajadores. El día de la dignidad de los que no nos ponemos de rodillas frene a la prepotencia de un gobierno de patrones", destaca Hugo Yasky, sec. Gral. de CTA #Marcha21F pic.twitter.com/uoeSryHAZg— C5N (@C5N) February 21, 2018
"Si quieren buscar ladrones les pasamos una
dirección: Balcarce 50, la Casa Rosada. Ahí los tienen que buscar.
Nosotros queremos simplemente trabajo y dignidad.", asegura Hugo Yasky,
sec. Gral. de la CTA. #Marcha21F pic.twitter.com/tfcxFbnyBs
Fuenta:Nodal
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