Como
 la mayoría de las pymes, las empresas recuperadas por sus trabajadores 
soportan situaciones de gran inestabilidad. Los aumentos de tarifas, la 
caída del consumo y la hostilidad del Gobierno oscurecen el panorama.

Cerámica San Luis, ex Cerámica San Lorenzo, es una de las recuperadas de los últimos meses.
Durante
 el gobierno de Cambiemos, 37 compañías que cerraron sus puertas se 
transformaron en empresas recuperadas. Estos procesos de salvataje se 
realizaron en  condiciones adversas tanto en términos macroeconómicos 
como políticos. Varias de esas recuperadas están aún en etapa de 
ocupación, luchando para estabilizar la cooperativa y retomar la 
producción. Desde diciembre de 2015, el número de empresas recuperadas 
se incrementó de 367 a 384, aunque al mismo tiempo se redujo el número 
de trabajadores, de 16 mil a 15.500. La caída del empleo se explica 
mayormente porque la merma en los ingresos hace que los trabajadores 
vayan en busca de otro salvavidas para resistir la crisis. Los datos 
fueron relevados por el programa Facultad Abierta de la Universidad de 
Buenos Aires. Al contexto económico adverso se suma la reducción del 
apoyo monetario oficial.
“El impacto del programa económico del gobierno ha provocado un 
descenso de la actividad económica de las cooperativas, que lleva en 
algunos casos a la parálisis: cerca de un 40 por ciento de las empresas 
recuperadas se encontraban trabajando por debajo del 30 por ciento de su
 capacidad instalada a principios de este año. Un número variable de 
empresas se encuentran directamente paralizadas, generalmente por el 
impacto de las tarifas de gas y electricidad, que son insumos 
imprescindibles e irremplazables para la producción industrial. Las 
deudas que se acumulan, en algunos casos millonarias, y la falta total 
de respuesta por parte de las corporaciones energéticas y el Estado, han
 llevado a una importante cantidad de recuperadas a situaciones de 
inestabilidad y conflicto en algunos casos similares a las condiciones 
que vivieron cuando nacieron, ocupando las plantas quebradas o 
abandonadas por los patrones. La respuesta del gobierno es la 
indiferencia más absoluta”, explica Andrés Ruggeri, director del 
programa Facultad Abierta.
Las recuperadas, así como las pymes industriales, se ven perjudicadas
 por el programa económico anclado en el deterioro del poder 
adquisitivo, que deprime el consumo y las ventas. Al mismo tiempo, hay 
una fuerte presión de costos por la suba de insumos, tarifas y la tasa 
de interés. El cóctel se cierra con la apertura importadora. Pero 
además, el Gobierno recorta programas de ayuda sectorial, en el marco 
del ajustazo fiscal del FMI.
Los especialistas de la UBA explican que la Secretaría de Trabajo 
congeló la línea 1 del Programa Trabajo Autogestionado, con la cual se 
brindaba apoyo financiero a las empresas recuperadas en crisis. 
Consistía en un subsidio por trabajador, el equivalente del Repro para 
las empresas tradicionales que están en crisis. “A lo largo del año, y a
 pesar de los reclamos, la Línea 1 fue siendo cortada y reemplazada (y 
no siempre) por el Salario Social Complementario que prevé la ley de 
Emergencia Social. Pero mientras la Línea para Trabajo Autogestionado 
estaba dirigida a sostener la actividad de la cooperativa como 
colectivo, el salario social es individual y depende de una evaluación 
del ‘nivel de pobreza’ del destinatario, por lo que a una parte de los 
cooperativistas que poseen algún bien, por humilde que sea, se les niega
 el subsidio”, indica el informe de la UBA.
Algunas de las empresas privadas que cerraron y fueron recuperadas a 
lo largo de estos días son Agroindustrias Madero (ahora Aceitera La 
Matanza), Cerámica San Lorenzo (Cerámica San Luis), Plascar 
(Emplastcoop), Poligráfica del Plata (Gráfica del Plata), Puma (Nueva 
Esperanza), Tiempo Argentino (Por más Tiempo), Cobena Fábrica de Cueros 
(Marrotex).
Por último, a los graves problemas económicos y la limitación de las 
líneas crediticias se suma en algunos casos una “hostilidad manifiesta”,
 dice el informe, de parte del Gobierno a las recuperadas. “Las leyes de
 expropiación son sistemáticamente rechazadas por los bloques 
legislativos oficialistas y semioficialistas o, en el caso que logren 
pasar el filtro, vetadas por la gobernadora María Eugenia Vidal, el jefe
 de gobierno Horacio Rodríguez Larreta o el propio presidente Mauricio 
Macri. Las nuevas recuperadas deben contornear los límites que impone el
 macrismo haciendo difícil el tránsito por juzgados, anulando las vías 
legislativas y reprimiendo cada vez que puede para impedir o desalojar 
ocupaciones”, indica el programa Facultad Abierta.
Fuente:Pagina/12 
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