Recientemente en Mendoza discutíamos sobre el nivel de informalidad
laboral y bajos salarios del sector vitivinícola que más allá de la
imagen turística de " la provincia del sol y el vino" representa solo el
6% del PBI provincial y la necesidad de transformar la matriz
productiva provincial incorporando, entre otras actividades, la minería
sustentable.
La mutación de la matriz productiva provincial es fuertemente resistida por grupos tradicionales de la vieja oligarquía provincial vinculada a la industria vitivinícola que , entre otras actividades non santas, financian a grupos ecoterroristas, de gran presencia mediática en la provincia.
El actual gobernador insinuó en el comienzo de su mandato dar pasos en dirección a ampliar la matriz productiva, pero pronto emprendió la retirada de la mano de la Patria Consultora que le advirtió la mala imagen de la minería sobre la opinión públicada.
Termina el año próximo el corto mandato de Pérez ( no hay reelección en la provincia) y lo hace sin pena ni gloria, con grandes restricciones de ingresos, matriz productiva obsoleta, estructura tributaria regresiva , la imagen pública del gobierno y el gobernador deteriorada patentizada en la derrota del año 2013, pero, eso sí, con la opinión publicada "satisfecha". Je, encuestitas y twitter.
Los datos nacionales de informalidad laboral replican la discusión que observamos en Mendoza y muestran que el sostenimiento del piso del 33% de trabajo informal ya sin cambios atados al crecimiento económico ni la generación de empleo, reconoce el límite de la actual matriz productiva nacional y la necesidad de profundizar el proceso de reindustrialización iniciado en 2003, que permitió por caso al SMATA pasar de 50.000 al asumir Néstor a 250.000 afiliados en la actualidad.
La mutación de la matriz productiva provincial es fuertemente resistida por grupos tradicionales de la vieja oligarquía provincial vinculada a la industria vitivinícola que , entre otras actividades non santas, financian a grupos ecoterroristas, de gran presencia mediática en la provincia.
El actual gobernador insinuó en el comienzo de su mandato dar pasos en dirección a ampliar la matriz productiva, pero pronto emprendió la retirada de la mano de la Patria Consultora que le advirtió la mala imagen de la minería sobre la opinión públicada.
Termina el año próximo el corto mandato de Pérez ( no hay reelección en la provincia) y lo hace sin pena ni gloria, con grandes restricciones de ingresos, matriz productiva obsoleta, estructura tributaria regresiva , la imagen pública del gobierno y el gobernador deteriorada patentizada en la derrota del año 2013, pero, eso sí, con la opinión publicada "satisfecha". Je, encuestitas y twitter.
Los datos nacionales de informalidad laboral replican la discusión que observamos en Mendoza y muestran que el sostenimiento del piso del 33% de trabajo informal ya sin cambios atados al crecimiento económico ni la generación de empleo, reconoce el límite de la actual matriz productiva nacional y la necesidad de profundizar el proceso de reindustrialización iniciado en 2003, que permitió por caso al SMATA pasar de 50.000 al asumir Néstor a 250.000 afiliados en la actualidad.
Leemos sobre los niveles actuales de de informalidad laboral en el universo de trabajadores bajo relación de dependencia:
La informalidad laboral se
ubicó en el 33,1 por ciento para el promedio de los 31 aglomerados
urbanos que releva el Indec. En el detalle por regiones geográficas, se
precisó que el empleo en negro se ubicó en 32,6 por ciento para el área
metropolitana, donde habita más de la tercera parte de la población del
país; en 32,6 por ciento, para Cuyo; en 35,2 por ciento, para el
Nordeste; en 41,5, para el Noroeste; en 32,2, para la zona pampeana; y
en 19,1, para la Patagonia. Las localidades con la tasa más elevada de
trabajadores no registrados fueron Gran Tucumán, con el 45,5 por ciento,
y Salta, con el 46,0 por ciento, mientras que las de mejor performance
fueron Río Gallegos, con el 12,5 por ciento, y Ushuaia, con el 8,7 por
ciento.
A partir de 2003, la fase expansiva del ciclo económico permitió la
creación de seis millones de puestos de trabajo, lo cual implicó un
retroceso del 25 al 7 por ciento en la tasa de desocupación, y del 49,6
al 33,1 por ciento en la de informalidad.
La dimensión de la caída del trabajo no registrado en los últimos
años requiere observar cifras para las distintas ramas de la actividad
económica. En el libro La terciarización laboral. Orígenes, impacto y
claves para su análisis en América latina, los investigadores Victoria
Basualdo y Diego Morales precisaron que entre 2004 y 2012 el porcentaje
de asalariados no registrados pasó del 40,2 al 32,4 por ciento en la
industria; del 10,2 al 5,7 por ciento en la distribución de
electricidad, gas y agua; del 79,1 al 65,0, en la construcción; del 54,9
al 39,5, en el comercio; del 49,2 al 38,9, en el transporte; y del 24,5
al 10, en la administración pública, defensa y seguridad.
Fuente:ramble tamble
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