Testimonio presentado ante el H. Congreso de la Nación
Por Jose Luis Di Lorenzo
El saqueo social a manos de las AFJP fue preparado por
la propaganda mediática y sostenido por la desinformación de lo grave y obvio.
Corrupción estructural que nunca advirtió el periodismo de investigación
Tal lo hecho ante el H. Congreso de la Nación, esta
editorial de Lo Social, constituye un testimonio, breve por cierto, de uno de
los hechos que acredita el rol de los medios de comunicación. A través de la
misma me propongo exhibir de qué modo su poder propagandístico (uno de los tres
pilares del “orden” internacional (2) creó el marco para el saqueo de los
recursos sociales a manos del sistema financiero, así como le dio cobertura
silenciando y desinformando acerca de ese enorme caso de corrupción
estructural. Lo hago en mi doble calidad de, por un lado, Editor Responsable
del Semanario Digital LO SOCIAL que creé hace diez años para poder ejercer el
derecho a la libre opinión; y por el otro el de docente de la Universidad de
Buenos Aires, en la
materia Derecho de la Seguridad Social.
Es un a priori admitir que debatir el rol de la prensa
y sus instrumentos cuenta con la enorme dificultad de tener que enfrentar una
lógica dependiente que acepta como inevitable una realidad “global” que cree
inmodificable.
Ese es el marco desde el cual debemos hacer el
esfuerzo de analizar y aportar a la propuesta de proyecto de ley sobre la
comunicación audiovisual a la que el gobierno argentino, en este caso el
Congreso de la Nación, nos acaba de convocar.
Es sabido que la prensa es un instrumento ligado a los
intereses anglo norteamericanos, que impone valores funcionales a la lógica de
dominación y que se barniza bajo el ropaje de una presunta libertad de opinión.
Pero nos preguntamos ¿Cuál es la objetividad de
quienes opinan como dueños de los negocios de los que además son propietarios?
¿Cuál era la seriedad de los diarios dueños de AFJP que en realidad defendían
lo único que tenían de seguro, su negocio?
Huelga aclarar que no estamos frente a un instrumento
en sí mismo perverso. Nuestros patriotas lo convirtieron en virtuoso como
cuando para informar al pueblo que quería saber de qué se trataba fundaron La
Gazeta para informarlo sobre la Revolución de Mayo, neutralizando la versión
del enemigo. Como así lo hizo el peronismo que desarrolló de la mano de Jaime
Yankelevich la red de emisoras radiales mixtas y el primer canal de Televisión
abierta, Canal 7 (3).
Recordemos que, finalizada la segunda guerra mundial,
cuando en la Argentina se inicia el camino del Proyecto de la Justicia Social,
los “tres grandes” Roosevelt, Churchill y Stalin (EEUU, Inglaterra y URSS),
acuerdan en Yalta un nuevo orden mundial y el reparto de las zonas de
influencia. Nosotros quedamos bajo la égida de los Estados Unidos de
Norteamérica, a punto tal que el embajador norteamericano Spruille Braden
participa activa e impúdicamente en la campaña electoral a favor de la Unión Democrática,
opositora del General Perón.
Ese es el contexto en el que Goar Mestre, empresario
radiofónico cubano de la época precastrista (hoy se lo denominaría “gusano” de
Miami), intenta presionar a Perón para que abandone su política de explotación
mixta de las radios, propiciando que los medios argentinos pasen a manos
privadas “libres” con apoyo del exterior o de capitales extranjeros. Presión
que intenta a través de la AIR, Asociación Internacional de Radiodifusores,
convocando un primer congreso en la Argentina.
Derrotado Perón, la contra revolución (autodenominada
“Libertadora”) cambia el rumbo sentando las bases para la dependencia:
• Incorpora a la Argentina al Fondo Monetario
Internacional (pilar financiero)
• Se alinea con los Estados Unidos de Norteamérica
(pilar militar)
• Privatiza los medios de comunicación, iniciando el
sometimiento cultural a la TV norteamericana (pilar propagandístico / cultural)
No olvidemos que por decreto 15.460 del 25 de
noviembre de 1957 se crea la TV privada. En 1958, tres días antes de entregar
el gobierno a Frondizi, es Pedro Eugenio Aramburu quien adjudica a las tres
cadenas estadounidenses las primeras licencias para los canales de televisión,
que salen al aire dos años después. La NBC, CBS y la ABC marcarán nuestra (de)
formación en los valores de la cultura anglo norteamericana.
El 1 de octubre de 1960 inician sus emisiones Canal 9
y 13. El Canal 9 (CADETE), con el aporte financiero de la cadena norteamericana
NBC, vinculada con la productora de cine Emelco - Lowe. El Canal 13, con el
apoyo y aporte de la embajada norteamericana, la CBS y el grupo editorial Time
– Life fundan Proartel, bajo la conducción de Goar Mestre. Finalmente el 21 de
julio de 1961 se pone al aire Canal 11, bajo el influjo de la cadena
norteamericana ABC.
Esta decisión contracultural de los sediciosos de 1955
marca el inicio de una forma de explotación que se ha mantenido hasta nuestros
días. Decisión que se justifica en la pretendida defensa de la libertad de
expresión (de los contenidos e información de las corporaciones extranjeras), a
la vez que se censura lo “bárbaro”, lo propio.
Goar Mestre es el símbolo que acredita el éxito y
permanencia del modelo cultural dependiente. Este personaje tan alabado por su
aptitud mediática y por la conducción de Canal 13, es amigo personal de Braden
de cuando este fue embajador en Cuba. Braden es quien, como anticipé, en nombre
de EEUU descaradamente participó del proselitismo argentino a favor de la Unión Democrática,
intromisión que generó la recordada consigna “Braden o Perón”.
La paradoja es que a quien el pueblo venció en las
urnas la antipatria golpista le otorgó la conducción de uno de los canales de
TV señeros en nuestra contra culturización.
Tras su regreso, en su carácter de Presidente por
tercera vez y en su primera comunicación personal al parlamento, el General
Perón define a la TV como servicio público, que por estar dirigido a satisfacer
necesidades, requerimientos y exigencias comunes a la mayoría de la población
–decía -debía ser prestado por el Estado nacional, provincial o municipal (4).
Perón en 1973 da por terminado el ciclo iniciado por
Aramburu y Rojas, declarando vencidas las licencias privadas de los canales 9,
11 y 13. Poco después, tras su muerte y concretado el golpe de 1976, los
canales de TV pasan a cada una de las tres fuerzas armadas, para luego volver a
ser privatizados. La formalmente recuperada democracia consolida el rumbo
impuesto por los golpes de 1955 y 1976 y Goar Mestre vuelve a escena por
tercera vez.
Goar Mestre (Braden) vuelve, ahora como asesor ad
honorem de Humberto Toledo, vocero presidencial de Menem, a quien le aconseja
utilice la documentación de las anteriores licitaciones de 1959 y 1982 para
redactar los pliegos de bases y condiciones de los nuevamente privatizados
canales 11 y 13. Es en el Gobierno de Carlos Menen que nacen los multimedios.
Deroga el art. 45 de la ley de que prohíbe el acceso de los medios gráficos a
la titularidad de radio y canales de televisión). Introduce la posibilidad
legal de que el capital extranjero ingrese hasta en un 25% en los medios
electrónicos, y gracias a la reforma Constitucional del año 1994 deja sin efecto
la prohibición de capitales extranjeros en los medios de comunicación que
establecía la ley 22.285. Es así como por ejemplo Cablevisión pasa a ser de
capitales norteamericanos (5).
Es asombroso ver cómo dirigentes argentinos salen en
estos días a defender lo indefendible. Quienes dicen que el actual es un
proyecto que busca poner de rodillas a los grupos económicos de medios y por
ende a los periodistas que allí trabajan no lo pueden decir seriamente. No se
equivoquen, les guste o no les guste el gobierno en turno, la discusión es
nuevamente liberación o dependencia.
Un caso concreto
Veamos cómo se verifica el rol de los medios de
comunicación en un caso concreto, el de la historia reciente de nuestros
jubilados.
Recuperada la democracia en 1983, se hace ostensible
la adulteración del Índice de Remuneraciones que desde 1979 venía perpetrando
Martínez de Hoz para pagarle al FMI con la plata de los jubilados. La movilidad
de los haberes dependía de la evolución de los salarios en actividad que
surgían del índice elaborado por la Secretaria de Seguridad Social, indicador
que por decisión del entonces Ministro de Economía del gobierno de facto fue
distorsionado, reduciendo así en un 16% las jubilaciones en 1979 las que en
1983 padecían una quita del 37% (6)
Adulteración estadística respecto de la cual no tengo
memoria que el periodismo de investigación hubiere dado cuenta, y de la que los
argentinos recién pudimos advertir cuando, recuperada la democracia, nos
anoticiamos que se le estaba quitando cerca de un cuarenta (40) por ciento del
haber a nuestros padres y abuelos.
Es en esa década de los ochenta que los medios de
comunicación azuzan al sistema previsional público, descalificándolo, a la vez
que propagandizan las supuestas bondades de la reforma previsional chilena.
Anotemos que el periodismo de investigación ocultó (silenció) que el cambio de
sistema previsional significaba un costo de transición a cargo del estado
chileno de una vez y media (1,5) el Producto Bruto Interno de ese país (7).
Tema que no demandaba complejos estudios, bastaba que alguno de los periodistas
leyera lo que el profesor de Macroeconomía Amancio Carlos López decía y
escribía.
Amancio López, cuarto estadígrafo a nivel mundial (si
bien argentino y por tal quizá sospechado de “bárbaro”) científicamente
contradecía a la propaganda mediática cuando enseñaba:
“Del análisis preliminar, hasta aquí realizado, ya se
puede extraer, que el modelo adolece de contradicciones respecto de sus propias
premisas; otorga prestaciones de muy bajo nivel y compromete a la economía en
su conjunto con un endeudamiento de inusuales proporciones” (8)
Queda claro que las bondades que los medios comentaban
no eran tales, simplemente estaban cumpliendo el rol de colonización cultural,
exitosa por cierto, ya que finalmente se logrará que nosotros los suramericanos
implementáramos un sistema que no aplicaban (ni aplican) las grandes potencias
del mundo.
En sintonía con el acuerdo firmado con el FMI en 1985
por el que el gobierno argentino se compromete a “eliminar el déficit
previsional” (art. 19), institucionalizando el ajuste estructural (9)
“…De su lectura surge que se acuerda en los términos
de la ortodoxia económica, prevé un duro ajuste fiscal, el mantenimiento de
altas tasas positivas de interés, y respecto del sistema de seguridad social se
establece que el Gobierno procurará eliminar el déficit del sistema,
manteniendo “los ajustes mensuales de los beneficios en montos compatibles con
la política salarial oficial y adecuar estos ajustes con la necesidad de
fortalecer las finanzas del sistema” (10)
Aquella adulteración del índice de remuneraciones, que
gracias a Martínez de Hoz rebajó los haberes de los abuelos, va generando la
crispación social funcional a volver permeable la propaganda mediática, a convertir
en verdades las falacias, a dar la sensación de una nación pobre, y como
inevitable aumentar el endeudamiento aceptando los condicionamientos del Fondo
Monetario Internacional. De paso todo sirve para echarle la culpa al estado y a
sus malos gobiernos, que vuelven a ser malos cuando son elegidos por el pueblo,
abonando el camino de que todo lo privado por serlo es bueno y que todo lo
público, solo por ser público es malo y perverso.
En 13 de octubre de 1986 el diario “La Nación” le
dedica una página entera a quien tomando tasas irreales conforme la experiencia
mundial, sostiene que el sistema jubilatorio tradicional es una estafa. El
artículo lo titula “La increíble estafa del sistema jubilatorio argentino”,
aparece, coincidentemente, un año después del memorándum de entendimiento con
el FMI (11) Se trata de un hito que así inicia la campaña a favor de poner la
administración de los fondos previsionales en manos de los bancos.
El autor de dicha publicación se toma del trabajo de
calcular cuánta plata tendría si sus aportes mensuales los hubiera invertido en
lo que más renta daba. Algo así como si yo dijera cuán rico sería si hubiera
comprado todos los billetes de lotería que salieron premiados. Es decir, se
trata de un artículo publicado por la prensa seria que es muy poco serio, pero
que sirvió igual para crear el ideario de que la salvación de los trabajadores
era la cuenta individual, que cada uno supiera en qué se invertía su plata y
qué renta iba obteniendo.
Catorce años después se acreditó como siempre que la
única verdad es la realidad, que ni los banqueros adivinaban qué iba a dar
mayor rentabilidad… a los ahorristas.
Amancio Carlos López, Jorge Urriza y quien suscribe,
fuimos convocados por el Consejo Federal de Previsión Social que presidía Juan
Carlos Diaz Roig, para presentar un proyecto de reforma previsional
alternativo. Proyecto con el que se batalló en el Congreso para evitar se
consumara lo que sería una estafa a los jubilados., pero que prácticamente no
logramos tuviera acogida mediática. Razón por la cual, fallecidos estos mis dos
grandes amigos, como homenaje a ello y al ejercicio de la libertad de expresión
que nos fue cercenado, creé el semanario digital Lo Social.
Finalmente ya en 1993, por ley 24.241 se crea el
Sistema Integrado de Jubilaciones y Pensiones, y las Administradoras de Fondos
de Jubilaciones y Pensiones (AFJP).
Uno de los argumentos utilizados para justificar la
privatización como inevitable fue que era impagable el déficit de 200 millones
que por entonces padecía el sistema previsional público. Cifra idéntica que a
partir de la nueva ley pasaron a administrar las AFJP sin que el periodismo de
investigación nos diera cuenta.
Otro tema que denuncia la complicidad mediática, es la
omisión del tratamiento público de la exorbitancia de las comisiones a favor de
las AFJP. El nuevo régimen puso a cargo de los bancos, disfrazados de
administradoras de fondos jubilatorios, los recursos de los aportantes al
sistema privado (de capitalización). La comisión por tal tarea era “libre”,
rondaba el 3,5%, pero… ¿3,5% de qué?
El aporte mensual a ingresar al fondo de
capitalización era del 11% del sueldo en actividad, deducida la comisión Es decir, el
fondo con destino a la cuenta individual era 7,5% del sueldo (11 de aporte
menos 3.5 de comisión). Es decir, la comisión era del 3.5% del sueldo, lo que
significaba en realidad que los bancos estaban cobrando un 46.67% del capital
administrado (12).
¡UN ESCÁNDALO DEL QUE EL PERIODISMO EN SERIO JAMÁS DIO
CUENTA!
Anoto, tampoco se trataba de una cuestión muy
complicada de investigar, hacía falta papel y lápiz, un par de cuentas y nada
más. O si se quería se podía comparar esa comisión cobrada a millones de
clientes cautivos con la que los mismos bancos le cobraban a un cliente
individual, que pasa por ventanilla en forma voluntaria, a invertir en algo
similar. Efectivamente comprar una cuota parte de un Fondo Común de Inversión
costaba un ¡4 cuatro) % anual!
A esta altura me pregunto por qué el periodismo de
investigación nunca dio cuenta que gracias a la distorsión estadística de
Martínez de Hoz se les sustrajo a los abuelos unos $75.000 millones ¿acaso
porque es políticamente correcto alterar un indicador para pagarle al sector
financiero internacional?(13)
La desinformación a que el pueblo argentino fue
sometido en este tema es muy amplia y variada, pero hay dos casos que son
emblemáticos:
• “Que el estado argentino obligó a las AFJP a comprar
títulos en default”
• Lo embolsado por esos bancos, para nada
Abordar la primera falacia comunicacional, la que
pretende que obligamos a los bancos (AFJP) a comprar títulos argentinos sin
respaldo, obliga a repasar el contexto. Son épocas de convertibilidad, de
sueldos congelados y aún deflacionados (De la Rúa / López Murphy habían
rebajado en un 13% los públicos). Me pregunto: ¿realmente alguien piensa que el
Estado podía obligar a los bancos a hacer algo que no quisieran? ¿Por qué los
bancos (o sus AFJP) compraron títulos en default? ¿Eran inexpertos?
El Gobierno de De la Rúa, y el reincorporado Ministro
de Economía Domingo Cavallo, dicta en 2001 el decreto 1387, el que reduce el
aporte personal bajándolo del 11 al 5%. Lo que significó un aumento de sueldo
del 6% para todos los trabajadores que seguían en el sistema público de
reparto, a partir del momento en que se pasaran a una AFJP; estamos todavía en
la convertibilidad y en época de deflación de salarios, lo que acredita por sí
mismo la importancia de este 6% de aumento real.
Lo traigo a colación para demostrar que cuando los
medios de comunicación dicen y reiteran que el gobierno argentino obligó a las
AFJP a comprar bonos de un Estado que estaba en default, no es cierto. Lo que
parece cierto es que “negociaron” la baja del aporte a cambio de comprar bonos
que sabían eran de un estado en default, lo que queda demostrado cuando la
justicia italiana condena a las casas matrices de muchos de esos mismos bancos
aquí disfrazados de AFJP porque jurídicamente, sostiene, estafaron a sus
ahorristas (italianos) haciéndoles comprar bonos que sabían eran de un estado
insolvente.
Gracias a ese “acuerdo” las AFJP lograron desde fines
de 2001 en adelante incrementar en más de dos millones la cantidad de clientes
nuevos, aumentando su recaudación en concepto de comisiones y seguros. Nadie
puede pensar que el gobierno argentino, y mucho menos el de la época de De la
Rúa, podía obligar a los bancos a que hicieran lo que no quisieran o no les
conviniera. Lo que hicieron los banqueros fue defender su negocio y no el de
sus clientes. De eso nunca dio cuenta el periodismo de investigación.
Finalmente digamos que la ganancia (pura), la obtenida
solo por las comisiones cobradas, superó los diez mil millones de dólares,
cifra con la que pudimos haber construido dos ciudades completas como la de La Plata, que si
las hubiésemos hecho serían parte de nuestro patrimonio, pero además le
hubiéramos dado trabajo a millones de habitantes de nuestro suelo que durante
esa misma época no lo tuvieron (unos 4 millones se estima por la matriz insumo
producto)(14)
El marco teórico de este saqueo lo dio el Banco
Mundial a través de lo que luego se conoció como “la nueva ortodoxia
previsional (NOP)”, sofisma cuyos postulados resultaron incumplidos. La
realidad fue que se generó un enorme negocio a favor del sistema financiero,
con dineros que estaban destinados al pago de jubilaciones y pensiones, para
que producto de la “experticia” de los nuevos administradores privados, las
jubilaciones del sistema de capitalización (J.O.) no superaran el 20% del haber
total (el 80% lo seguíamos pagando entre todos, nosotros el Estado).
¡Es decir les pagamos dos ciudades como la de La Plata para que
paguen jubilaciones muy inferiores a las malas jubilaciones que pagaba el
sistema público!
En momentos en que estamos avanzando en el marco legal
de un nuevo sistema de medios de comunicación audiovisual, es importante
advertir lo que debería se obvio, cómo aquellos que se quejan del presunto
control a la libertad de prensa en realidad defienden la libertad de comercio
de sus empresas editoriales. Alguna de las cuales, además, habrían sido dueñas
de AFJP.
Un periodismo de investigación realmente serio, además
de denunciar los casos de corrupción (reales o presuntos) de los corrompidos no
pudo haber omitido semejante y brutal acto de corrupción estructural. ¿Será que
es políticamente incorrecto investigar a los corruptores? ¿Acaso lo privado
tiene patente de corso?
Concluyo esta presentación diciendo que lo que intento
es mostrar en un caso concreto el modo en que la ausencia de pluralidad
informativa resulta funcional a un negocio financiero que duró hasta que fue
inocultable la estafa social que perpetraba.
Adhiero a los 21 puntos de la Coalición por una
Radiodifusión Democrática que agrego como Anexo I, y concluyo rescatando la
vigencia del pensamiento de próceres como Raúl Scalabrini Ortíz y Juan Domingo
Perón que sobre estos temas sostenían:
“En un país empobrecido, los grandes diarios son
órganos de dominio colonialista. El periodismo es quizás la más eficaz de las
armas modernas que las naciones eventualmente poderosas han utilizado para
dominar pacíficamente hasta la intimidad del cuerpo nacional y sofocar casi en
germen los balbuceos de todo conato de oposición. Su acción es casi
indenunciable porque fundamentalmente opera, no a través de sus opiniones, sino
mediante el diestro empleo de la información que por su misma índole no puede
proporcionar una visión integral y solo transfiere aquella parte de la realidad
que conviene a los intereses que representa” Raúl Scalabrini Ortíz.
“No puedo explicarme que la TV, que es un organismo
preponderantemente cultural, que entra en la casa de todos los argentinos sin
pedir permiso a nadie, pueda estar en manos de quienes defienden otros
intereses que no son los puros intereses de la comunidad” Juan Domingo Perón,
28 de mayo de 1974.
Notas:
(1) José Luis Di Lorenzo es abogado, profesor de Derecho de la Seguridad Social
en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, Editor Responsable del Semanario
Digital Lo Social (www.losocial.com.ar), miembro de la Asociación de
Comunicadores Argentinos por Internet (ACAPI).
(2) Los tres pilares sobre el que se asienta el “orden”
internacional son el poder financiero, el poder militar y el poder
propagandístico a cargo de los medios de comunicación (Fuente: “El peronismo y su
relación con los medios de comunicación”, Martín García (Revista Peronistas)
(3) “El peronismo y su relación con los medios de comunicación”,
Martín García. Revista Peronistas.
(4) “El peronismo y su relación con los medios de comunicación”,
Martín García. Revista Peronistas.
(5) Martín García. Ob. cit.
(6) Ver página 37 del libro “Donde hay una necesidad hay un
negocio. Vida, pasión y muerte del sistema previsional argentino”. José Luis Di
Lorenzo, Ed. Jubilaciones y Pensiones. 8/12/1986
(7) “…el cambio de sistema implica asumir un endeudamiento
público superior a una vez el Producto Bruto Interno, actualizable con Costo de
Vida más un 4% anual y cancelable a lo largo de aproximadamente 35 años”.
“Monetarismo y Previsión Privada.” Lic. Amancio C. López. Editado por el
Instituto de Previsión Social de la Provincia de Buenos Aires, mayo de 1991
(8) “Monetarismo y Previsión Privada”. Lic. Amancio C. López.
Editado por el Instituto de Previsión Social de la Provincia de Buenos Aires,
mayo de 1991
(9) El ajuste estructural asegura a los acreedores externos la
percepción de los intereses de la deuda externa; ofrece en el mercado
financiero tasas de rentabilidad superiores a la de los países centrales;
permite al empresario local reducir su costo de producción por la rebaja de las
cargas sociales y por la rebaja de los salarios (garantizada por el
mantenimiento de altas tasas de desocupación) y en el caso concreto genera
comisiones exorbitantes a favor de la A.F.J.P. y un negocio colateral, el de
seguros de retiro, que contratan con la compañías de su mismo grupo.
(10) “Donde hay una necesidad hay un negocio. Vida, pasión y
muerte del sistema previsional argentino”, JLDL. Página 48
(11) Ver infografía página 54 en el libro de mi autoría titulado
“Donde hay una necesidad hay un negocio. Vida, pasión y muerte del sistema
previsional argentino”. Ed. Jubilaciones y Pensiones, 8/12/1996.
(12) Ver “Donde hay una necesidad …” página 160
(13) Según una estimación propia durante el período 6/79 a 6/95
se les confiscó un total (a moneda constante) de $74.908,66 ($17.055 gobierno
de facto; $ 28.007 gobierno de Raúl Alfonsín y $ 29.846 gobierno de Carlos
Menem). Monto que equivale al 1.5% del PBI de ese mismo período. Fuente. “Donde
Hay una necesidad hay un derecho…” página 45
(14) La ganancia de las AFJP desde 1994 a julio de 2007 equivale
a algo más de 2 Ciudades de 200 mil viviendas cada una construidas a valores
del período de la convertibilidad (1991-2001). Fuente: Di Lorenzo, José Luis.
“Opción: los jubilados o los bancos”. Revista de la Facultad de Ciencias Sociales Nº 67 / UBA. Julio de 2007. UBA
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